Sí, en el norte de España también tenemos espacios singulares si lo que buscáis es una boda de cuento. No solo castillos, palacios o casas tradicionales de la zona, también antiguas fortalezas o edificios religiosos rehabilitados y convertidos en maravillosas fincas de boda. Ha sido difícil la selección, pero aquí tenéis mi top ten (por estricto orden alfabético) de espacios históricos singulares que me tienen realmente enamorada. No he incluido ningún caserío, porque merecen mi entera atención en un próximo post dedicado exclusivamente a ellos.
Casona de las Fraguas (Las Fraguas-Cantabria)
La historia de este edificio se remonta a finales del siglo XVII, construido por encargo de la Marquesa de Cilleruelo. Esta primera casona fue la vivienda de la familia durante varias generaciones; hasta que en el año 1900 el Duque de Santo Mauro (bisabuelo del actual propietario) construyó en la misma finca el Palacio de los Hornillos, antecedente del Palacio de la Magdalena. El edificio, acondicionado para la celebración de bodas y eventos, cuenta con elementos históricos de gran personalidad, como la escalera principal, la solana o las ventanas y escudos de piedra. Por no hablar del maravilloso jardín romántico. Y si queréis sorprender en vuestra ceremonia religiosa, al lado se encuentra la Iglesia de San Jorge, con forma de panteón romano. Espacio idílico donde los haya.
Castillo de Arteaga (Arteaga-Bizkaia)
Aunque en el siglo XIII ya se levantaba una torre en esta ubicación, su estructura actual data de la reconstrucción realizada en 1856 por los arquitectos franceses Couverchef y Ancelet. Fue un encargo de la Emperatriz Eugenia de Montijo (propietaria del solar de Arteaga), que quiso recuperar la torre como agradecimiento al nombramiento de su hijo, Eugenio Bonaparte, como vizcaíno de origen, por las Juntas Generales de Vizcaya. Así se alzó este palacio con su preciosa torre neogótica inspirada en el gótico francés. Además sus suites y habitaciones cuentan con todo lujo de detalles que te transportan a otra época.
Castillo El Collado (Laguardia-Álava)
Este hotel boutique se levanta sobre lo que fue un castillo de principios del siglo XIX, construido a su vez con las piedras originales del antiguo cuartel del siglo XII, conocido como el Cuartel del Rey. Además de su torre con las maravillosas vistas de los viñedos y bodegas que rodean Laguardia, destacan sus diez originales habitaciones. Todas ellas diferentes y con nombre de fábula, como homenaje al mágico mundo del fabulista Felix María de Samaniego, oriundo de la villa.
Convento de San Roque (Balmaseda-Bizkaia)
El Hotel Convento San Roque se asienta en el edificio que ocupó el antiguo monasterio de Santa Clara, construido y abierto a la oración en el siglo XVII. Las desamortizaciones del siglo XIX acabaron con buena parte de sus bienes y los altos costes de mantenimiento hicieron que las clarisas lo abandonaran en 1984. Su declaración como bien de interés cultural por la Diputación Foral de Bizkaia, le salvó de ser derribado. Después fue adquirido por un particular y rehabilitado como hotel respetando algunos puntos singulares del edificio original, como el pozo, las escaleras o la ubicación de las habitaciones en el lugar que ocupaban las antiguas celdas de las novicias o de la madre superiora.
Komentu Maitea (Gordexola-Bizkaia)
Este hotel se ubica en el maravilloso convento de Santa Isabel, del siglo XVIII. Estuvo ocupado por monjas clarisas hasta que lo abandonaron en 1980. En 2010 fue transformado en hotel restaurante conservando algunas de sus estancias originales, como el claustro, la antigua capilla (actualmente desacralizada y convertida en comedor) o las celdas de las monjas reconvertidas en acogedoras habitaciones. También se conserva el antiguo torno a través del cual les pasaban los alimentos y otras cosas que necesitasen. Este lugar ideal para la paz y el descanso es regentado desde 2015 por el exfutbolista Juan Antonio Zaldua, propietario también del Baserri Maitea, en Forua.
Monasterio del Espino (Santa Gadea del Cid-Burgos)
Este complejo monacal benedictino de estilo gótico se remonta a principios del siglo XV. En la actualidad pertenece a los misioneros Redendoristas que además de seguir con su labor religiosa, han adaptado el espacio al siglo XXI ofreciéndolo para la celebración de bodas y eventos sociales. Destacan su imponente iglesia, el Patio de San Alfonso con los jardines y el claustro (actual comedor) rodeado de las habitaciones ubicadas en las celdas. Y si lo que buscáis es una boda al más puro estilo americano, su famoso Granero de San Francisco también forma parte del complejo.
Palacio de Caranceja (Caranceja-Cantabria)
El complejo de Caranceja, del siglo XVII, consta de dos edificaciones recuperadas del pasado de la villa. El principal edificio es un palacio rehabilitado con reminiscencias renacentistas. El otro, una antigua nave de labor recuperada conservando la estética montañesa. Sus preciosos jardines y la carpa integrada completamente en el entorno hacen que sea un lugar de ensueño.
Parador de Hondarribia (Hondarribia-Gipuzkoa)
En la frontera con Francia, sobre el río Bidasoa, se erige el Castillo de Carlos V, actual Parador de Hondarribia. Se trata de una construcción del sigo X destinada a la defensa militar en la que se alojaron los Reyes Católicos, el emperador Carlos V, Felipe IV y V, y hasta el propio Velázquez. En su interior se conservan grandes tesoros como los tapices diseñados por Rubens con el tema de la Historia de Aquiles. Sus dos salones, el de Gala o el del Emperador Carlos V, son perfectos para eventos íntimos con mucho carácter.
Parador de Olite (Olite-Navarra)
El Parador de Olite está ubicado dentro del complejo monumental de Olite, junto al castillo medieval. Ocupa parte del Palacio Real, construido sobre el antiguo palacio de los Reyes de Navarra de principios del siglo XV. Parte de este complejo fue quemado durante la Guerra de Independencia y abandonado, hasta que el Gobierno de Navarra lo compró y llevó a cabo las obras de rehabilitación. Así el Parador ocupa la parte más antigua que se conserva, la del Palacio Viejo, con sus torres y almenas originales. Su decoración clásica y lujosa hace que uno se transporte a aquella época sintiéndose como un noble del medievo.
Torre Fagoaga (Oiartzun-Gipuzkoa)
Fagoaga Dorretxea (casa torre en Euskera), es una torre de finales del siglo XV. Fue la antigua residencia de la familia Fagoaga, importantes ferrones de la época. Llaman la atención sus troneras, el gran portón de entrada y sus muros originales, con más de un metro de anchura. Sus vistas hacia el Parque natural de las Peñas de Aya (Aiako Harriak) son inigualables.
¿Con cuál os quedáis?