Si hay una cultura que nos fascina por sus vibrantes colores y su suntuosidad, esa es la india. Y las bodas no son para menos. ¿Qué mujer no ha querido ponerse alguna vez un maravilloso sari rojo y brillante? ¿Pintarse los pies y las manos de henna e ir adornada con fantásticas joyas? Da igual la clase a la que pertenezcan las familias, una boda india es siempre sinónimo de días de fiesta y comida en abundancia para los cientos de invitados que se acercan a celebrar su felicidad.
Y no olvidemos la importancia del ritual, de las supersticiones y de las tradiciones, muy diferentes dependiendo de la religión, la casta y la región de la que sean oriundos. Una boda bengalí nada tiene que ver con una propia del Rajastán, pero ambas se caracterizan por las múltiples ceremonias que son necesarias para que se produzca el enlace. Lo más importante de todo es que el astrólogo, tras determinar la compatibilidad de la pareja, decida la fecha adecuada para la unión. A partir de ahí se sucederán diferentes ritos, como la sesión de purificación, la fiesta de la Henna, el desfile del novio a casa de la novia, la ceremonia alrededor del fuego sagrado –simbolizando la promesa de enfrentarse juntos ante la vida– o el intercambio de guirnaldas de flores como representación de amor y respeto. Todos estos elementos rituales tienen un importante significado para las espirituales familias indias.
Así, no es de extrañar que en los últimos años se haya puesto de moda en occidente la temática Bollywood en las bodas. Un estilo ostentoso y caprichoso que recuerda, allá donde estés –como el salón del Hotel Plaza de Nueva York que aparece en la foto– la grandiosidad de la cultura india.
