El vals originario tiene siglos de historia en Centroeuropa, pero no fue hasta el siglo XVIII cuando se introdujo en el ballet y la ópera y hasta mediados del XIX cuando se puso de moda en la corte vienesa. Ya sonó en el primer baile como marido y mujer de Isabel de Baviera –más conocida como Sissi– y el emperador de Austria Francisco José I. Y después comenzó a imitarse en el resto de bodas de la realeza europea y, como todo, copiado más tarde por el pueblo.
En la famosa película, protagonizada por la gran Romy Schneider, la pareja abría el baile con Rosas del Sur de Johann Strauss II. Aunque está claro que en la vida real esto no pudo ser así puesto que se estrenó muchos años más tarde, en 1880. Lo que sí está claro es que unos años después, en 1889, Strauss compuso una obra con motivo de la visita del Káiser Guillermo II a Francisco José. Se tituló El Vals del Emperador, y también es muy elegido como primer baile. Aunque no tan famoso como una de sus mejores obras, El Bello Danubio azul.
Continuamos este repaso con los mejores valses de Piotr Ilich Tchaikovski. Quizá mucha gente no sepa cuando tararea el famoso vals de La Bella Durmiente que fue compuesto por Tchaikovski para un ballet basado en los cuentos de Perrault que se estrenó en 1890 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo. Aunque su primer ballet fue El lago de los cisnes, estrenado en 1877 en el Teatro Bolshói de Moscú. Su vals también suena mucho en las bodas. Así como el Vals de las Flores, del Ballet El Cascanueces, estrenado en 1892 también en el Mariinski. Seguro que si lo escucháis sabéis enseguida cuál es.
Aunque no es tan común en las bodas porque, al contrario que los anteriores, no se creó para ser bailado, no puedo dejar de nombrar el Minute Waltz de Frédéric Chopin. ¡Habrá quien se atreva con el! Y adentrándonos ya en el siglo XX es destacable el Vals nº. 2 de Dmitri Shostakovich perteneciente a la Suite para orquesta de variedades. Quizá os suene de la película de Stanley Kubrick Eyes Wide Shut. Termino esta selección de valses para abrir el primer baile como recién casados con una obra mucho más moderna, La Valse d’Amélie, de Yann Tiersen, para parejas más atrevidas. ¿Cuál elegiríais?