El tres de mayo festejamos el Día de la Madre en España. En este país su celebración siempre cae en el primer domingo del mes de mayo, mientras que en otros, como en el caso de los Países Bajos, coincide con el segundo o en Reino Unido con el cuarto de la Cuaresma.
Sus orígenes se remontan al culto a la madre en la Grecia antigua. Y después la Iglesia adoptó la fiesta en honor a María como madre de Jesús. Aunque fue en los Estados Unidos donde surgió el Día de la Madre como lo conocemos hoy en día. En 1908 Anna Marie Jarvis organizó el primero para homenajear a su propia madre, quien había sido la responsable de la fundación de los Mother’s Day Work Clubs en los años 50 del siglo XIX. El objetivo de estos clubs había sido mejorar las condiciones de sanidad en sus comunidades locales. Posteriormente, durante la Guerra Civil Americana, estos grupos de madres mantuvieron su neutralidad y cuidaban a los soldados heridos. Debido al éxito de esta iniciativa de Anna Marie, en 1914, el presidente de EEUU, Woodrow Wilson, proclamó el segundo domingo de mayo día festivo nacional bajo el nombre de Mother’s Day.
¿Pero en qué se ha convertido hoy? En una celebración comercial que obliga a gastar a lo tonto. En las tiendas, desde un mes antes de la fecha, la publicad ya nos va sugiriendo lo que podríamos comprar a nuestras madres. Y claro, sólo se anuncian regalos que supuestamente les encantarían a las mujeres, como ropa, perfume o joyas. Y en general, nos obligan a llevarle flores e ir a su casa a comer, como en Navidad.
Podemos seguir a la masa y participar en la fiesta sin pararnos a pensar un momento en el mensaje que se esconde detrás, o podemos mirarlo críticamente. Estos días de San Valentín, el del Padre o el de la Madre nos transmiten el ideal al que debemos aspirar. Tenemos que encontrar una pareja que preferentemente sea heterosexual y romántica y que nos regale flores o bombones el 14 de febrero. Para después formar una familia feliz compuesta de un papi, una mami y dos o tres babies.
De esta manera, excluimos a una parte importante de la sociedad. Por ejemplo, ¿qué pasa con los niños cuyo padre o madre se ha muerto; con los solteros que han querido formar familias monoparentales o con los que fueron abandonados? ¿Y cómo se sentirán las parejas que no han podido tenerlos o los solteros que han visto frustrado su deseo de ser padres porque no han encontrado una pareja adecuada? ¿O aquellos que sencillamente no quieren serlo?
Aun siendo políticamente incorrectas, estamos convencidas de que este tipo de días contribuyen a difundir una idea de lo qué es normal en este mundo. Por eso nos negamos a celebrarlos y festejamos lo que nos dé la gana: ¡viva el día de Panateneas!
sara
chicas me ha gustado mucho el post! sobre todo q celebremos lo que nos de la gana! yo celebro el día de !viva sara! 😉
aparte de bromas, me ha gustado mucho vuestra crítica a la normalidad. Y sobre todo la reflexión del daño que a las personas hace ese patrón único por el cual todos tenemos que regirnos. Si las personas fuéramos robots todos nos comportaríamos de la misma manera, pero da la casualidad de que no lo somos. la complejidad de la experiencia humana abarca a todos y cada uno de lso individuos, que como bien dice la palabra son únicos. Por eso hace daño que se cree el mito del amor romántico, que se cree el mito de la familia feliz (qué raro, de clase media, sin problemas, con papi y mami, y si se puede coche grande y perro…). En fin, que gracias por poner hacernos reflexionar sobre estas cosas!!!