Boda en el Museo del Ferrocarril

· 18 enero, 2017 · 11:09 am

Hace unas semanas, leí en la revista Telva un reportaje sobre una boda en la Fábrica-museo de boinas La Encartada, en Balmaseda. Entonces me acordé del caso de una pareja de Estados Unidos que nos contrató hace ya unos años y que buscaba un lugar diferente para la celebración de su gran día. Les ofrecimos varias opciones un tanto inusuales como el Faro de Santa Catalina, en Lekeitio, la Ferrería de Mirandaola, en Legazpi, el jardín histórico del Parque Natural del Señorío de Bertiz, en Navarra, o el Museo Vasco del Ferrocarril, en Azpeitia. Esta última idea nos fascinaba especialmente.

Museo Vasco del Ferrocarril Azpeitia

Y es que además de una fantástica colección de locomotoras de vapor y un antiguo taller mecánico de principios de siglo, las actividades que nos ofrecían eran de lo más fascinantes. La celebración comenzaría con una ceremonia civil en el patio de la central eléctrica y continuaría después con un original viaje en tren de vapor entre Azpeitia y Lasao, a orillas del río Urola. A bordo se realizaría un pequeño cóctel y se aprovecharía el precioso paisaje para sacar fotos.

Tren vapor MVF

Trenes Museo Vasco del Ferrocarril

De vuelta en el Museo, la cena especial tendría lugar en las instalaciones de la antigua subestación eléctrica. Y digo especial porque la propuesta de su director era que el banquete estuviera compuesto por el mismo menú que se sirvió en la inauguración del Ferrocarril del Urola en 1926 con la asistencia del rey Alfonso XIII.

Subestación eléctrica MVF

Además de entremeses variados, el menú se componía de huevos escalfados, salmón del Bidasoa, salsa tártara, pastel de hígado a la Santa Alianza, guisantes frescos a la casera, pollastra de Urrestilla y ensalada italiana. Y para finalizar bomba de frutas, pastel mil hojas (hay cosas que no cambian) y dulces variados. Todo regado, claro está, con buenos vinos de La Rioja y acompañado de café, licores y cigarros. ¿No habría sido una boda de lo más original?