Son esos candados con nombres, iniciales o corazones dibujados que las parejas de enamorados colocan en puentes o rejas de lugares significativos como símbolo de su amor. Después, arrojando la llave al río o donde sea su amor queda sellado para siempre de manera inquebrantable. Los conocéis, ¿verdad?
Los puentes más famosos a este respecto son el Milvio sobre el río Tiber en la ciudad de Roma, el Pont des Arts en París, el puente de Brooklyn en Nueva York o el famoso Ponte Vecchio en Florencia. Pero hay más. Desde hace unos años muchos monumentos de ciudades alrededor del mundo están siendo invadidos por esta costumbre que algunos consideran expresión de amor y otros vandalismo.
El problema está en que esta moda no solo arruina la belleza de esos espacios, sino que pone en peligro su estructura por el peso que genera. En 2014 el Pont des Arts ya sufrió un derrumbamiento en una de sus rejas y el ayuntamiento quitó las 70 toneladas de candados que invadían el puente.
En ese momento surgió una iniciativa llamada No love locks bajo el slogan «Free your love. Save our bridges», en contra de los candados que inundaban los puentes parisinos. En estos últimos años la ciudad ha emprendido una guerra contra los candados y este mismo mes ha subastado un montón de lotes. La recaudación, 250.000€ ha sido destinada a varias ONGs de ayuda a refugiados.
La pregunta es, ¿por qué tenemos esa necesidad imperiosa de dejar símbolos de nuestro amor en lugares públicos?