El otro día un amigo me comentaba lo divertido que son los photocalls en las bodas y la de cosas diferentes que se pueden hacer. Las opciones son tantas como nuestra imaginación alcance. Desde fondos de colores a auténticas escenas como si de un teatro se tratase. Paneles adornados con guirnaldas, mensajes, luces, flores o alfombras rojas al más puro estilo Hollywood. O marcos de cuadros donde enmarcarnos con carteles y atrezzo. Se llevan las molduras vintage, recuperados de cuadros y espejos viejos, y las que asemejan al borde blanco de las clásicas cámaras Polaroid con el nombre de la pareja y la fecha de la boda.
También son chulísimos los paneles con formas como las furgonetas hippies con sus ventanillas para sacar la cabeza, una barquita surcando el mar con sus remos y todo, una cabina londinense o el fondo de Instagram. Y las más originales son las escenas ambientadas en el tema de la boda: un salón de música, una playa con hamacas, etc.
Como extra añadido están teniendo mucho éxito los photomatones (con caseta o sin ella) y las Polaroid. Lo mejor de esto es que se pueden hacer dos copias de las fotos, una se la llevan los invitados de recuerdo, y la otra se pega en el libro de firmas con un mensaje para la pareja, ¡es un recuerdo muy bonito! ¿Qué más ideas se os ocurren?
Fotos: Pinterest