Las flores que elijas para el día de tu boda son muy importantes. Porque no es lo mismo llevar un ramo de rosas que uno de girasoles. Porque las flores dicen mucho de una persona y cada estilo de boda tiene un tipo de flor.
Por ejemplo, las rosas. Las rosas, especialmente las rojas, simbolizan la pasión y el amor. Son sinónimo de romanticismo y en esta misma línea destacan los ranúnculos, los gladiolos o la flor de chocolate. El lirio de los valles, también de corte clásico, evoca delicadeza y tradición. Muchas de las novias reales, como Kate Middleton, lo han escogido para su gran día. O las peonias, otras de las flores tradicionales para bodas. Simbolizan sinceridad y con sus tonos pastel dan un aire muy vintage y romántico a la celebración.
Muy de moda están las hortensias. Son simples y elegantes al mismo tiempo, para bodas casual. También las margaritas, sencillas, inocentes, desenfadas. O los girasoles, de corte rústico y natural. Para estas bodas campestres que tan de moda están ahora. Además van muy bien con los narcisos o el brezo para completar la decoración.
Frente a todas ellas despuntan las amapolas con sus brillantes colores. Un ramo así denota placer y despreocupación y es perfecto para bodas bohemias. Y para novias muy atrevidas destaca la protea, con sus pétalos puntiagudos. No es nada convencional y simboliza un poco la diversidad haciendo un guiño a la modernidad. Las orquídeas, por su parte, son extravagantes. Fantásticas para novias divertidas, capaces de combinar sus profundos colores. Y de este mismo estilo son las buganvillas, como las que llevaba en su ramo con forma de cascada Lourdes Montes el día de su boda con Francisco Rivera.
Violetas, jazmines, azahares, alhelíes, gerberas… ¡Hay tantas opciones! ¿Cuál es la tuya?