Es muy conocido el refrán español que dice “Los amantes de Teruel, tonta ella, tonto él”, pero ¿cuál es su historia?
La historia de amor entre Isabel de Segura y Juan Martinez de Marcilla –al que los autores barrocos llamaron Diego– se remonta al Teruel de la Edad Media. Un día se encontraron en el mercado y se enamoraron, pero ella era una rica heredera y él un segundón sin derecho a herencia, por lo que el padre de ella no lo aceptaría a menos que ofreciera una dote digna. Diego prometió a Isabel volver en cinco años con dinero suficiente y se unió a las tropas cristianas que luchaban contra los musulmanes. Isabel, a pesar de la presión de su padre, rechazó durante este tiempo todas las propuestas de matrimonio que le hicieron. Sin embargo, pasados los años y sin noticias de Diego, esta finalmente se casó.
Al día siguiente Diego volvió a la ciudad repletó de riquezas, y al saber lo que había sucedido fue a donde Isabel y le pidió un primer y último beso. Ella se negó, y Diego cayó muerto. En su funeral, Isabel se acercó al cuerpo de su amado y le dio en muerte el beso que le había negado en vida. Y allí murió.
Los amantes fueron enterrados juntos en la iglesia de San Pedro y han sido protagonistas de un montón de obras literarias y musicales salidas de la pluma de los dramaturgos Tirso de Molina o Juan Eugenio Hartzenbusch o del compositorTomás Bretón, entre otros. En la actualidad, la ciudad recrea cada febrero la tragedia de sus amantes retrotrayendo a sus habitantes a la Edad Media por unos días.