El otro día, reflexionando sobre todo lo que he aprendido a lo largo de estos años inmersa en el mundo de las bodas, me di cuenta de que realmente lo importante son las personas. Porque sin nadie que lo aprecie, un ramo precioso, no vale de nada…
Y entonces fui más allá y pensé que en realidad, lo más importante en una boda son los invitados. Sí, evidentemente los novios lo son, porque son los protagonistas y el motivo de la celebración, pero sin invitados no habría boda. A menos que hagáis un “elopment” (de los que me declaro muy fan).
Es para ellos, para vuestros invitados, para quienes os gastáis todo ese dinero. Para quienes elegís un espacio maravilloso, con una comida de 10. Es a ellos a quien queréis sorprender con la decoración, con cada canción o con las sorpresas que les tenéis preparadas: regalitos, actuaciones, discursos, etc.
En definitiva, los invitados son el alma de vuestra boda, y quienes finalmente juzgarán si ha sido un “bodrio” o un bodorrio de los que hacen historia.