Con nuestra sección sobre planes hoy nos vamos a Vitoria-Gasteiz, la “ciudad blanca”, escenario de la trilogía de la escritora Eva García Sáenz de Urturri o de Un Mundo sin fin, de Ken Follet.
Vitoria es la capital del País Vasco y se ubica en la provincia de Álava, en el interior de la comunidad autónoma, a menos de una hora de Bilbao y apenas hora y media desde San Sebastián. Se puede visitar en un día, pero os aconsejamos al menos un fin de semana para descubrir todos sus encantos.
Uno de los lugares más emblemáticos de Vitoria es la Plaza de la Virgen Blanca, patrona de la ciudad, con su monumento a la Batalla de Vitoria en el centro (batalla, por cierto, recreada cada año). También se encuentra en esta plaza la escultura vegetal donde se lee “Vitoria Gasteiz!” instalada en 2012 como símbolo de la elección de la ciudad como European Green Capital. Y la Iglesia de San Miguel, uno de los templos más antiguos de la ciudad y desde donde baja Celedón cada 4 de agosto para dar comienzo a las fiestas.
A su lado se encuentra la Plaza Nueva, llena de bares bajo los arcos de los edificios que la rodean. A lo largo de su historia ha sido desde plaza de toros hasta mercado. Y allí se celebra cada domingo el mercado de antigüedades y coleccionismo. También se encuentra la oficina de turismo por si queréis hacer alguna consulta o apuntaros a alguna excursión.
El Casco Antiguo, con su famosa almendra medieval, se ubica en la cima de una colina y es el corazón de la ciudad. La muralla que lo rodea data –al menos– del siglo XI. Destacan la Casa del Cordón (con su pequeña entrada para que los visitantes tuvieran que “doblegarse”), la Plaza del Machete, el Portalón (antigua Casa de Postas y hoy famoso restaurante), la Torre de los Hurtado de Anda (la torre medieval defensiva más antigua de Vitoria), el Palacio de Villa Suso, la Plaza de la Burullería (antigua necrópolis medieval), el Palacio de Montehermoso (hoy centro cultural), el Palacio Escoriaza-Esquivel (de estilo renacentista y uno de los mejores ejemplos de arquitectura civil de la época), la torre de Doña Ochanda (actual Museo de Ciencias Naturales de Álava) y un largo etcétera.
Su epicentro es la Catedral de Santa María (conocida como Catedral Vieja), concebida a principios del siglo XIII por Alfonso VIII como iglesia-fortaleza. Es de estilo gótico y hace años que comenzaron sus obras de rehabilitación para impedir su desprendimiento. A pesar de esto es posible realizar una visita guiada que sigue el recorrido marcado por los investigadores durante el proceso de restauración. ¡Muy aconsejable!
Por su parte, la Catedral Nueva, dedicada a María Inmaculada y de estilo neogótico, tampoco deja indiferente a nadie con sus espectaculares vidrieras. Aunque las obras se iniciaron en 1907, tuvieron que detenerse por falta de presupuesto. En 1946 se retomaron pero en realidad nunca fue finalizada, aunque sí consagrada.
Y si hay algo típico de Vitoria son los naipes. El Palacio de Bendaña, una antigua casa medieval fortificada, aloja un museo dedicado al tema: Museo Bibat. Además de la colección privada de la empresa de Naipes Heraclio Fournier, se puede admirar una maravillosa colección de cartas así como maquinaria antigua y el Museo de Arqueología de Álava.
Siguiendo con los Museos, es destacable el Artium, junto al Casco Viejo. Fue inaugurado en 2002 y contiene una gran colección de arte contemporáneo compuesta por 3.000 piezas. Con obras de Dalí, Picasso, Miró, Chillida, Barceló, Serra, del Rivero, Oteiza, Iglesias, Badiola o Viola, entre muchos otros.
Y también el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo merece una visita. Se trata de un espacio de encuentro y reflexión que muestra la cruenta historia del terrorismo en España y dignifica la memoria de las víctimas.
En cuanto a zonas verdes, el Parque de la Florida, en pleno centro, fue creado a principios del siglo XIX como jardín botánico al más puro estilo francés. Hoy en día es punto de encuentro común para los vitorianos. Y hay más, porque Vitoria es el lugar perfecto para alquilar una bici y realizar diferentes itinerarios. Por ejemplo, el Paseo de la Senda (tres kilómetros) parte del centro hasta la basílica medieval de San Prudencio, patrón de Álava. También se pueden recorrer diferentes zonas del anillo verde con sus parques ecológicos como el Humedal de Salburua, el Bosque de Armentia o el Parque de Zabalgana.
Son solo algunas ideas porque hay mucho más. Podéis consultar la página web de Turismo del Ayuntamiento de Vitoria para buscar más monumentos e itinerarios.
Aunque, claro, Álava no es únicamente Vitoria… El Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz, la Rioja Alavesa con sus bodegas y villas de postal, Salinas de Añana y su Valle Salado, la villa de Artziniega, diversos yacimientos y poblados arqueológicos… Pero eso es harina de otro costal y otro día hablaremos de planes en el resto de la provincia.