El otro día le pregunté a Mikel, mi chico, que era lo primero que le venía a la mente si pensaba en la Navidad. Y me respondió, ¡polvorones! Pues en su honor, mi post navideño de este año va sobre este maravilloso pecado de nuestra repostería.
El polvorón o mantecado es una pequeña torta cocida al horno hecha de harina de trigo, manteca de cerdo, almendras y azúcar. Su nombre viene del hecho de que al comerlo se deshace en polvo. Dicen que su origen es andaluz y que fue propiciado por el excedente de cereal y manteca de lechón. De hecho, en Andalucía, hay municipios muy famosos por la elaboración de este producto, como Estepa o Antequera con confiterías ilustres como La Colchona, La Estepeña, La Despensa de Palacio, La Ponderosa, Delicias de Antequera y un larguísimo etc. Aunque también se elaboran en otras zonas de España como en Tordesillas donde destaca Dulces el Toro o en Tafalla el famoso obrador de Antonio Anaut.
© Polvorones Solokoetxe
Pero aquí, en Euskadi, también tenemos cultura “polvoronera”. ¿Quién no ha cantado eso de… “Polvorón que estás en mis manos, en mis manos estás polvorón. Adivina quién lo tiene, quién lo tiene ese gran polvorón”?. Y tenemos dos confiterías tremendamente famosas. Por un lado destaca Solokoetxe, a cuyos polvorones se les conoce popularmente como los del pajarito. Cuentan en su web que a mediados del siglo XX, Patxi los repartía en bici por Bizkaia con los pajaritos chimbos típicos de la zona revoloteando a su alrededor en busca de migajas. Fue en 1994 cuando adoptaron el pájaro como imagen.
Y, claro, los Felipe II de la Confitería vitoriana Blancanieves Tejedor. De acuerdo con su web “el primero y más antiguo mantecado de España”. No sé si serán o no los más antiguos, pero sí son los preferidos de Mikel, que desenvuelve cuidadosamente los “moños” del papel que lo recubre y disfruta saboreando cada mordisquito. Su ritual navideño…
¡Feliz y dulce Navidad!
© Felipe II