Las emociones ante la pérdida de un ser querido y la forma de vivir el duelo corresponden a cada cual, sin embargo, no se puede negar que esta sociedad nos ha inculcado un modelo que consiste en pasar lo más rápido posible por este proceso. Como consecuencia, nos guardamos el dolor y la tristeza para nosotros mismos e incluso ni nos atrevemos a compartir los sentimientos con nuestro entorno más cercano. Y es que, aunque las cosas comienzan a cambiar lentamente, la muerte y todo lo que ello conlleva es un tema tabú al que la mayoría de la gente no suele aludir por miedo o respeto.
A pesar de todo, queremos contribuir a un cambio de mentalidad porque creemos que el fallecimiento, al igual que el nacimiento, las bodas o los aniversarios, ha de ser celebrado más allá de una impersonal misa funeral. Creemos que las personas merecen una emotiva despedida por lo que fueron y significaron para sus seres queridos. Así, religiones aparte, con estos homenajes proponemos recordar y revivir momentos preciosos en compañía de aquellos que le amaron, una conmemoración a la vida vivida.