Como desde siempre me han fascinado los trenes, hoy os traigo algunas ideas para aquellos amantes de la edad de oro del ferrocarril.
Mi preferido siempre ha sido el Orient Express, ¿no me digáis que no sería romántico recrear en vuestra luna de miel este emblemático viaje por Europa? De París a Viena y Budapest, pasando por Belgrado o Bucarest para llegar a la exótica Estambul. Los viajeros de principios de siglo, una vez llegaban a la ciudad turca, se alojaban en el Pera Palace, el lugar donde Agatha Christie escribió Asesinato en el Orient Express. Es una pena que dejase de operar en 1977, aunque se puede realizar el mismo recorrido a través de diferentes trenes.
El que sí existe todavía es el Eastern & Oriental Express con sus compartimientos de lujo. Desde Bangkok a Singapur (o del revés), cruzando por el famoso puente sobre el rio Kwai. Y hablando de lujo, el Palace on Wheels recorre el Rajastán haciéndote sentir como un auténtico Rajá. Aunque mi experiencia personal os recomienda realizar este tour por el norte de India de otra forma.
Siguiendo con esta gama alta, también destaca el Royal Scotsman, un tren de lujo para recorrer las Highlands escocesas con actividades de todo tipo incluidas: desde visitas a destilerías, caminatas por bosques y montes, práctica de pesca o tiro al plato o visita de mansiones y campos de batalla. Para todos los gustos.
La última idea que os quiero proponer está al otro lado del charco. En 1869 se pusieron las últimas traviesas del ferrocarril en Utah, comunicando por tren las dos costas de Estados Unidos. Aquella línea original, la Overland Route, ya solo transporta mercancías, pero el California Zephyr recorre parte de aquella línea original, desde Chicago a San Francisco. La gran ventaja de un tren así es que puedes moldear el recorrido a tu medida, para viajeros a la aventura.
Merychus
Que idea genial, mi pareja y yo somos amantes del tren, es alucinante