Hasta ahora en nuestra sección dedicada a planes habíamos recorrido Bilbao y otros lugares de Bizkaia, Vitoria e incluso los Picos de Europa. Pero aún no habíamos dedicado un post a una de las grandes joyas del País Vasco, San Sebastián, la Bella Easo. En el post de hoy os llevo de paseo por esta maravillosa ciudad protagonista de grandes eventos como el Festival Internacional de Cine, el Festival de Jazz o la Bandera de La Concha. Pero sobre todo, famosa por sus paisajes y su gastronomía.
Comenzamos nuestro recorrido en la Catedral neogótica del Buen Pastor, en el centro de la ciudad. Si avanzamos de frente podemos ver, a los lejos, Nuestra Señora del Coro, pero de momento nos desviamos hacia la izquierda, hacia la playa de la Concha. Repleta de bañistas en las tardes de verano. El Paseo marítimo con sus hoteles y palacios como el clásico Hotel de Londres (y muchos otros que han abierto en los últimos años), el famoso edificio del balneario de La Perla (antigua Casa Real de Baños) o el Palacio Miramar.
Enfrente sobresale la Isla de Santa Clara y a su izquierda el Monte Igueldo con su funicular y ese parque de atracciones que te adentra en otra época. No dejéis de montar en la Montaña Suiza, la más antigua del mundo construida en acero aún en funcionamiento. Ese cosquilleo en el estómago al caer hacia el mar en una de las bajadas ¡no tiene precio! Y debajo, justo al final del paseo de la Playa de Ondarreta, la famosa escultura el Peine del Viento de Eduardo Chillida.
Volvemos hacia el lado del puerto pasando por el parque del Alderdi Eder y el edificio del Ayuntamiento (antiguo Casino de San Sebastián) donde uno no puede evitar pararse en el carrusel de caballitos. Y nos adentramos en el pequeño puerto pesquero de la ciudad donde apenas quedan vestigios de aquella vida de los “arrantzales” o pescadores, con las cofradías y las antiguas lonjas.
Desde allí entramos a la Parte Vieja, lo que fue la antigua ciudad amurallada, famosa por sus callejas estrechas llenas de bares repletos de siempre de gente y pintxos. Volvemos a encontrarnos con la Basílica de Nuestra Señora del Coro (Patrona de San Sebastián) y en el centro de esa cuadrícula –más o menos perfecta–, la Plaza de la Constitución con sus balcones numerados para las fiestas taurinas. Para los amantes de la arquitectura gótica justo al lado destaca la Iglesia de San Vicente, del siglo XVI. Y desde el mercado de La Brecha, que con su nombre recuerda el asedio de 1813, salimos al Paseo del Boulevard.
Antes de cruzar el Urumea, una parada ineludible: el Teatro Victoria Eugenia y el Hotel María Cristina inaugurados en 1912. Ambos edificios son reflejo de la “Belle Époque” donostiarra, aquella época dorada que vivió la ciudad a finales del siglo XIX y principios del XX.
Y ahora sí, si aún no estáis cansados podéis cruzar el río y visitar el moderno Kursaal y la Playa de la Zurriola y muchos otros encantos que esconde el barrio de Gros.
Para más información no dejéis de consultar la web de Turismo de San Sebastián.